Conducir en condiciones de nieve y hielo presenta desafíos que requieren precauciones adicionales al volante. Estar preparado y adoptar las adecuadas medidas de seguridad es fundamental para garantizar un viaje seguro durante los meses invernales. Solemos pensar que es a partir de 0ºC cuando hay riesgo, pero lo cierto es que a 4ºC ya existe la probabilidad de hielo en la carretera.
Aquí te presentamos algunas recomendaciones para enfrentar con confianza la conducción en la nieve.
Antes de ponernos en marcha:
Consulta el pronóstico del tiempo y las condiciones de la carretera antes de salir. ¿Es realmente necesario salir con el coche en condiciones de nieve adversas? Si las condiciones son extremas, considera posponer el viaje o buscar rutas alternativas más seguras. No lleves puesto el abrigo en el coche, ni tampoco los acompañantes, ya que esto dificulta el funcionamiento correcto del cinturón de seguridad.
Neumáticos de invierno:
Asegúrate de tener neumáticos diseñados específicamente para el invierno. Estos neumáticos ofrecen mejor tracción en condiciones de hielo y nieve, mejorando la estabilidad y el control del vehículo, ya que en los neumáticos de verano, por debajo de 7ºC, el caucho pierde flexibilidad y su agarre se reduce.
Despeja la nieve de tu vehículo:
Antes de conducir, enciende el coche y deja que aumente su temperatura unos minutos, lo que ayudará a que los cristales de hielo vayan desapareciendo, y que sea más fácil deshacerlos.
Asegúrate de despejar completamente la nieve y el hielo de todas las ventanas, espejos y luces del vehículo. Esto mejora la visibilidad y evita distracciones durante la conducción.
Recordemos que es obligatorio mantener una visión completamente despejada por todo el vehículo. No caigas en la tentación de usar agua caliente para despejar el parabrisas: lo más probable es que se rompa debido al contraste repentino de temperatura.
Conduce a velocidad moderada:
Reduce la velocidad considerablemente y mantén una distancia segura entre vehículos. Conducir a una velocidad moderada proporciona más tiempo de reacción y ayuda a evitar deslizamientos y pérdida repentina del control del coche. También, si hay poca nieve todavía, circular por las roderas (las marcas que los vehículos que nos preceden dejan en la nieve) podría no ser seguro, ya que pueden estar congeladas con el riesgo de deslizamiento que supone.
Sin embargo, cuando ya se ha acumulado más nieve, a partir de 5 cm., circular por las roderas de los vehículos precedentes será lo adecuado.
Usa la técnica de conducción adecuada:
Para circular en llano o en pendientes ascendentes, se debe circular a velocidad constante en la marcha más alta que nos admita el motor, siempre que sea una velocidad adecuada y a la que podamos dominar el vehículo ante una pérdida de adherencia.
Por el contrario, en el caso de frenados y descensos, deberemos hacerlos con mucha antelación, empleando el freno motor, reduciendo a marchas inferiores e incluso reduciendo a primera relacional de cambio, y a una velocidad constante.
Deberemos hacerlo a una velocidad a la que, ante una posible pérdida de adherencia, podamos recuperar el control (y, por tanto, la adherencia) antes de llegar a una situación más peligrosa.
Si tu vehículo está equipado con sistemas anti bloqueo de frenos (ABS) tendrá una frenada controlada, evitando el bloqueo de las ruedas al frenar y, por tanto, evitará la pérdida de la dirección en la frenada.
Recuerda que aceleración y frenado suaves son clave en condiciones invernales.
El sistema ASR ( Anti Slip Regulation) nos ayudará en las arrancadas con poca adherencia. Utilizando los sensores del propio ABS, frenará las ruedas que derrapan, evitando la pérdida de potencia a través del diferencial del eje motor, y limitará la potencia del motor en la rueda que mantiene la adherencia evitando que deslice. Todo esto está controlado de manera electrónica. Para que actúe de manera correcta, es necesario acelerar de manera suave y constante y dejar que actúe.
En contadas ocasiones, puede interesar desconectar el sistema para evitar que que se limite la potencia del motor.
Las luces:
Mantén las luces del vehículo encendidas, incluso durante el día. La visibilidad puede ser limitada en condiciones de nieve, y las luces facilitan que otros conductores te vean.
Kit de emergencia:
Lleva un kit de emergencia en el automóvil que incluya una rasqueta de hielo (de material adecuado para que no dañe nuestro parabrisas y ventanillas, luces y espejos retrovisores), cadenas, mantas, alimentos no perecederos y agua. Podríamos vernos forzados a permanecer horas parados hasta que las condiciones de tráfico sean más favorables, así que estar preparado para situaciones imprevistas es esencial en condiciones invernales. Recuerda también llevar el móvil cargado y cargador.
Y, por supuesto, la concentración constante:
Mantén una actitud de conducción consciente y alerta. La concentración en la carretera es crucial,
ya que las condiciones invernales pueden cambiar rápidamente.
Teniendo en cuenta estas precauciones, puedes mejorar significativamente tu seguridad al conducir en condiciones de nieve. La preparación y la prudencia son claves para garantizar un viaje seguro durante los meses más fríos del año. Conduce con responsabilidad y disfruta del invierno sin comprometer tu seguridad.