¿Te imaginas subirte a un coche que prácticamente lo hace todo por ti?
La ciencia lleva tiempo revolucionando el mundo del automóvil y de la movilidad y, como conductor o futuro conductor, esto te afecta más de lo que crees. No es algo de películas de ciencia ficción. Está aquí, en los coches que ves en la calle en la manera en que conducimos, y también en cómo te formamos en las autoescuelas.
Pero, ¿cómo lo hace la tecnología?
Una de las aplicaciones más evidentes son los sistemas avanzados de asistencia al conductor, o ADAS. Seguramente has oído hablar de marcas que están a la vanguardia en este tema, como Tesla, Audi con el control de procesos de calidad mediante algoritmos avanzados, o Mercedes-Benz, este último con sistemas como el MBUX, por ejemplo. Estos avances buscan mejorar la prevención de accidentes y hacer que las carreteras sean más seguras.
También los asistentes virtuales han representado otro gran avance: ajustar la música, la temperatura o poner una dirección en el GPS sin apartar la vista de la carretera. Simplemente le “hablas” al coche y listo (si has sido un niño en los 80 o quieres saber quién es KITT, haz clic aquí).
Otro tema importante es el mantenimiento del vehículo. A través de sensores y algoritmos predictivos, los coches pueden anticipar problemas mecánicos antes de que se conviertan en algo más serio. Esto se traduce en menos visitas al taller y menos sorpresas no deseadas en ruta.
El futuro en la conducción
Además, el futuro pasa por los coches autónomos, es decir, que no necesitan conductor. Empresas como Tesla y Waymo ya están probando prototipos que analizan en tiempo real todo lo que ocurre a su alrededor. Aunque todavía falta para que los veamos en nuestras ciudades y carreteras, cambiará por completo nuestra manera de movernos.
Este desarrollo tecnológico es algo que ya está ocurriendo, en presente, y todo apunta a que cada vez irá más rápido. Como ya te contábamos en este post, en la prestigiosa feria de tecnología CES en Las Vegas, Volkswagen presentó un avance rompedor: la integración de ChatGPT en sus coches. Con esto, el asistente de voz del coche puede tener conversaciones más naturales contigo, adaptándose a tus preferencias y mejorando la experiencia de conducción.
Estas herramientas también pueden “aprender” a lo largo del tiempo (aquí hay un debate interesante, desde luego), anticipando tus necesidades y haciéndote sugerencias, como rutas más rápidas, más eficientes, la música que te gusta, etc.
Además de Volkswagen, otras marcas como Škoda, y Peugeot están apostando fuerte por estas innovaciones y la nueva movilidad.
Lo que sí sabemos, es lo rápido que está cambiando todo: desde la forma en que conducimos, hasta cómo mantenemos nuestros coches e, inevitablemente, en cómo nos formaremos como futuros conductores.
Con todos estos cambios, la enseñanza también evolucionará. Habrá que saber cómo interactuar con todos estos sistemas, cuándo y cómo tomar el control, y entender bien cómo funcionan para aprovechar al máximo sus beneficios sin riesgos en seguridad.
Las autoescuelas tienen un nuevo reto por delante: enseñar a los conductores a convivir con la tecnología de los vehículos inteligentes. La transición hacia una automatización total será progresiva, y los conductores deberán aprender a interactuar con estos sistemas y comprender cómo funcionan. Porque conducir ya no es cuestión de llevar un vehículo del punto A al B, sino de saber utilizar los avances técnicos que están revolucionando el mundo, y que se impondrán en un futuro muy próximo.
En los próximos años, es muy probable que las autoescuelas tengamos que ajustar las formaciones para incluir módulos dedicados a la supervisión y uso de coches autónomos. Por ejemplo, aunque la toma de decisiones se base en algoritmos, los conductores deberán estar preparados para intervenir en situaciones de emergencia.
¿Estamos listos para ello? Todo apunta a que sí.
Nos vemos en la carretera, con seguridad y confianza.